Compartiendo mi locura con tu cordura...

Una semana quizás no basta para cambiar el mundo (a menos que seas Dios), pero como simples mortales (ni tan simples depronto por que podemos llegar a ser muy complejos) algo podemos aportar , aunque sea sólo un momento en las vidas de otros.
Es muy cierto, y aunque muchas veces no lo creamos, el echo de dar una sonrisa puede alegrar el día de otro. O una palabra de aliento, un gracias, bien hecho! o simplemente escuchar a otro puede mover (y conmover) la vida del otro y muchas veces la nuestra. Ganamos mucho más de lo que se piensa al compartir un poco de sentimientos aunque sea con un completo extraño. Quienes han entregado este compartir desinteresado en cualquier circunsancia de la vida podrán comprenderme. Quienes no, los invito a tener una bella experiencia

Ayer tuve mi primera entrevista de trabajo. Me llamaron de una prestigiosa empresa de comunicaciones (hay que poner color para que me llamen XD) no entiendo aún muy bien por que. Nunca he trabajado, mi curriculum no tiene más allá que mi nombre, mi teléfono y mi estado civil. Ah, sí, mi teléfono.
El punto es que fui sin mayor interés. Fui a ver como era la "intimidación" para (como dicen ellos) reclutar personal. Estuvo relajado, una entrevista grupal con 15 personas más. Todos jóvenes estudiantes con problemas económicos (o ambiciones económicas) para las que necesitaban el trabajo. Luego de dos horas y algo más de haber sido interrogados uno por uno, llenar test y hacer un "juego" de destreza mental, nos dieron las gracias y que nos llamarían si pasábamos esta primera prueba y por el contrario nos mandarían un mail dándonos las gracias.
No se si prefiero el mail o el llamado, por que el primero me permite descansar en febrero y el segundo me da divisas para gastar en marzo.
Depués de salir del moderno edificio (hasta el baño tenía camaritas y tarjetas tipo multivia para abrir las puertas) tome el metro para luego tomar una micro para llegar a mi casa.
Busqué algo de sombra para soportar los 35 grados pronosticados (por que a mi parecer eran mcuhos más en pleno centro) mientras esperaba. Me paré al lado de un hombre que llevaba un diario bajo el brazo. Miarábamos los en dirreción al norte, para ver si podríamos llegar luego a nuestro destino. Pasó un buen rato y nada. Luego una pareja se sumó a nuestra espera.
El calor era indiferente a nuestra espera y parecía que cada segundo aumentaba un grado. Y la micro no pasaba. Yo pensaba en lo que haría si me llamaban del trabajo, riendo por lo poco probable que reía que me llamaran a postular en él. Mira que tierno!, un hombre con un hermoso ramo de flores (con lo que me gustan las rosas). Bien! la micro...
El señor del diario corrió para subir primero y yo caminé tras él. Me detuvo la curiosidad un segundo. ¿Por qué no subió la pareja que tanto rato esperó junto a mi? miré hacia donde estaban y el hombre estaba en el suelo. Negro! depierta negro!. De negro ese hombre no tenía ya mucho, estaba pálido, desmayado en plena calle. Perdí mi micro para ayudar en algo, por último por la preocupación propia de cuidar la vida. Junto a mi estaba otro hombre de corbata roja, no se muy bien de donde salió, pero también detuvo su rutina para ayudar. El hombre seguía en el suelo con la mirada perdida y cada vez menos color. Por lo que alcanzé a preguntar a su pareja, el "negro" estaba recién operado y era primera vez que se desmayaba.
El semáforo de la calle estaba en rojo. la calle llena de autos y taxis. La gente ni siquiera miraba lo que en la vereda sucedía. Todos preocupados por si mismos y su mundo?, prefiero pensar que hacía tanto calor que el sol los hizo creer que aquello era un visión, y por eso no prestar mayor atención.
El hombre de corbata roja paró un taxi, o eso intentó. No, no estoy ocupado voy a una mudanza!!




Una mudanza?





una mudanza!!!!



Cómo se excusa con algo así en una emergencia así?. Se que en el caso que alguien fallezca en su vehículo conlleva a un extenso periódo de investigaciones, pero no es el instinto de conservación de la vida más fuerte?
Quizás crean que exajero, pero me pongo en el lugar de la señora, en que un ser amado está mal y por último por un poco de humanidad, por saber que cualquier día uno de nosotros puede necsitar la ayuda de un completo desconocido. Nadie tiene la vida comprada ni un guarda espaldas que nos lleve sobre sus hombros por toda la vida.
Después de un buen rato un taxista paró y se los llevó. Ojalá que el negro haya recuperado sus colores, y la gente recobre un poco de humanidad, algo de solidaridad con el otro.

No vivimos sólos en este mundo...